A

Acarretos. M. pl. Grupo de mulos que se emplean en el acarreo de la caña de azúcar. (VA: añade Antonio Alcalá Venceslada que esta palabra está recogida en Motril, Granada. No la registra: DRAE; VPM).     «Si me dieran lo que valen los mulos de los ACARRETOS, sería yo riquí­simo» (A. Alcalá Venceslada, VA). «[...] / y el carcamuz, fiel guardián / haciendo honor siempre al reto / que no se pierda una caña / vigilando al ACARRETO / [...]»  (J.  Ro­dríguez Campos, Ripios, p. 150, Motril, 1982). Et.y org. D. de aca­rrear, de carro, del lato carrus. Res. Se denominaba «ACARRETO huma­no» al transporte de la caña a hom­bros de los peones, comúnmente desde el punto de corta hasta el saliero de la haza.

Aculo. Fondo de los moldes de azú­car. (No en: DRAE, Lar., etc.). «... por ser el açúcar de la que se haze en Motril que es muy mala y tierna; y este testigo sacó el ACULO de las formas en que estavan...» (Declara­ciones del depositario Alonso Ximénez, Geliz, en el pleito de Juan Trillo contra Leonor Abençayde e Isabel Mercales. 24 de mayo de 1562. Del trabajo: Notas sobre el Re­finado del Azúcar de Caña entre los Moriscos Granadinos por Juan Martí­nez Ruiz). Et. y  org. De a y culo, a del lato ad, y culo del lato culus (DRAE).

Aduana. F. Ant. En los siglos XV Y XVI lugar de tratamiento de la caña dulce para obtener azúcar y miel. A partir de 1541 se identifica la palabra ADUANA con trapiche. (Amador Díaz García. No en los diccionarios y enciclopedias consul­tados, con esta significación.) «ADUANA preparada para la molien­da de la caña de azúcar en Motril»(Documento árabe hallado por Amador Díaz García en el Archivo Histórico Nacional, sobre el que tiene publicado el trabajo Documento Árabe sobre el Aduana del Azúcar de Motril). «Ytem que ninguna persona sea osada de tomar cañas de las cargas que bienen para el ADUANA desde que salen del cañaveral hasta que entran en el ADUANA… Ytem que después de traydas las dichas cañas a la Alhóndiga señor del ADUANA...» (Ordenanzas de Motril compiladas de 1516 a 1520 y reeditadas el 15 de enero 1656. Tomada la cita de la núm. 13 de las Capitulaciones que en 1500 hicieron los Reyes Católicos con los Moros de Motril y tierras de Salobreña, anotada por Manuel Rodríguez Martín). Sin. Ingenio, trapiche, molino de cañas. Et, y org. Del ár. ad-diwãna,     « el registro» (DRAE). El Diccionario de Autoridades recoge que para Covarrubias la etimología más verosimil es la de Urrea, para el cual viene de la voz arábiga divanum que siggnifica «la caja donde se cobran los derechos» y de ahí formamos diván, adivana y últimamente aduana. Res. Según el arabista Amador García el documento de donde se ha tomado la primera cita es el más antiguo conocido donde se hace referencia, a un ADUANA de azúcar en Motril. Algunos historiadores motrileños opinan que en la última  evolución histórica este término tomó la acepción de «lugar del trapiche o del ingenio donde se pesaban las cañas», es decir, la báscula de plaza de cañas.

Aguardiente caña. Expr. El que se obtiene de la destilación directa de las melazas o mieles de la caña de azúcar, con una riqueza máxima le­gal de 75 grados (DRAE). «Luego que han fermentado –las raspas– ­se ponen en un alambique a fer­mentar, y dan el ron o rhum o AGUARDIENTE DE CAÑA, según el estado de la miel y las circunstan­cias que han concurrido a la fer­mentación de las raspas» (Juan Ál­varez Guerra, Diccionario de Agricul­tura, p. 453, Madrid, 1799). Et. y org. Aguardiente, comp. de agua-ar­diente (DRAE).

Ajunguillarse. Pron. vulg. Vid. un­guillarse. «De tanto llover se AJUN­GUILLARON las cañas». Sin. Jun­guillarse. Et. y org. D. de hongo.

Alambrique. M. Alambique, en I And. y Amér. fábrica de aguar­diente. (Este vulgarismo no lo re­coge el DRAE ni el VPM, sí el VA.) «Ayer quemó el ALAMBRlQUE de Roelio y toda la praceta de la Agrora golía a anís.» «Argún bribón le ja  pegao fuego por el lao del ALAM­BRlQUE, aonde están los depósitos del alcohol y los bidones de la melasa» (Pedro Barragán, Zafan, p. 307. Et. y org. Epéntesis vulgar de r en alambique, por influencia de alambre. Alambique, del ar. al-inbiq, «alambique», y éste del gr. ambis, «vaso». Res. El alambique se com­pone de dos cuerpos: el inferior o caldera y el superior, cabeza o co­lumna, que sirve de tapa y refrige­rante, del cual arranca un cañón, vuelto hacia abajo, donde se conecta  el tubo que da salida a la destila­ción. Algunos ALAMBRIQUES tienen sobre la cabeza un depósito exte­rior que se llena de agua, y en el que el tubo hace un serpentín para lograr la condensación más com­pleta de los vapores. Hay memoria de que en Motril existieron varios alambiques de aguardientes com­puestos y licores: uno de José Ló­pez Rubia en el «Ventorrillo», fren­te al Cortijo del Conde, en el Ca­mino de las Ventillas, por la se­gunda década de nuestro siglo; otro de Garzón que estuvo en la Posta, Cardenal Belluga y Cruz de Con­chas; en la vega de Salobreña el de Mario Aguilera que funcionó hasta la guerra civil, y a partir de esta época el de Rogelio López López, primero en la calle Zapateros y lue­go, hasta 1952, en la plaza de la Aurora.

Algarrobeña. Adj. Variedad de caña dulce de baja riqueza en saca­rosa y dura. (No en: DRAE, VA, VPM.) «... un nuevo tipo de caña, POJ-2727, traída de Java más resis­tente al mosaico y a las heladas que la típica de la tierra denominada ALGARROBEÑA...» (El Faro de Motril, 29-IV-1983.) Sin. Listada. Et- y org. El nombre le viene de que Francisco Javier Márquez, que la aclimató en Almuñécar en 1807, la trajo de El Algarrobo, en el partido judicial de Vélez Málaga. Res. Durante la segunda década de nues­tro siglo fue sustituida la ALGARROBEÑA por la PO]-2727, o de «ermí», más rica y resistente a las plagas, gracias a las investigaciones y gestiones de Arsenio Rueda Ma­rín, ingeniero agrónomo de la Gran­ja Agrícola. Con esta sustitución se acabó con el «mosaico» que asolaba la vega. Ramón de la Sagra la describe en su Informe redactado en 1845, con canutos más cortos y gruesos que los de la caña de la tie­rra y más rica en jugo y en azúcar; tenía esta variedad un canal o surco muy marcado en la dirección de las yemas. La Enciclopedia Espasa la define con las siguientes caracterís­ticas: «pequeña, blanca-amarillenta, de hojas derechas y nudos próxi­mos, fue muy cultivada en Andalucía donde actualmente se tiene más preferencia por una variedad ver­de». Dice Oviedo en su Historia Natural de las Indias que las cañas doradillas y ALGARROBEÑAS fueron importadas por Pedro de Atienza en la Isla Española poco después del descubrimiento y fue durante siglos la única que se cultivó en dicha isla, de la que se llevó, al cabo de poco tiempo de introducida en ella, a Puerto Rico.

Alifa 1. Adj. Caña de azúcar de dos años. (AM, VA, VPM. El DRAE lo localiza en Andalucía y Méjico.) «Pues no quiero ocultar / que para ALIFA  quedé / seré dulce... pero sé que soy dura de chupar.» (Gaspar Esteva Ravassa, ¡Viva Mi Pueblo!). «Relación de cañas que han quedado para ALIFAS de las personas rojas huidas. Almuñécar 7­-X-1937.» (AMM. Leg. 262, pieza 3. Motril y el Azúcar: Tradición y Modernidad.) Com. Los árabes llamaban también alifa o alife a los trozos de caña que sembraban. Et. y  org. Del. ar. halifa según Francisco Pérez. El DRAE la hace proceder del, tam­bién árabe, al-halfa, «el junco y una especie de caña de azúcar». Res. La caña de azúcar de dos años si bien gana en riqueza de sacarosa, se en­durece su tronco. No era  costumbre en nuestras vegas dejar la caña para ALIF A, pues el desarrollo de la planta solía ser bueno y no había necesidad de dejarla dos años en la tierra para que adquiera sus mejo­res condiciones de rentabilidad.

Alifas (o alifes) 2. F. pl. Trozos de caña de unos 42 centímetros y de 3 a 6 canutos que se destinaba a nueva plantación. «Según Ebn-Hajaj...es­tas cañas recién cortadas se entie­rran hasta principios de marzo, de donde sacadas se cortan en ALIFAS o trozos de dos palmos de largo y de tres nudos cada una...se abran hoyos cuadrados de figura de laud y en cada uno se pongan cuatro ALI­FES...» (Libro de Agricultura por Abu Zacaría, sevillano, siglo XII, traduc­ción castellana de José Banqueri.) Com. El moro Ebn-Hajaj era grana­dino y por tanto esta acepción de la palabra ALIFAS o ALIFES era em­pleada en la zona por los árabes de la Baja Edad Media. Et. y  org.  Vid­. ALIFA. Según Bemito Vemtué y Pe­ralta, ingeniero agrónomo y cate­drático del Instituto de Granada, en su Estudio sobre el Mejoramiento del Cultivo en la Vega y demás territorios de la Provincia de Granada, Memoria premiada por la Real Sociedad Eco­nómica de Amigos del País de dicha provincia, afirmaba que ALIFA era palabra árabe con la que Haj indi­caba las mejores cañas de dos años para la plantación en zanjas de figu­ra de laúd.

Aljibe.- M. En la cocina, o ala de calderas del trapiche, estanque o depósito en el que se iba reuniendo los jugos de la caña que llegaban desde los molinos (Manuel Martín  “El azúcar en el encuentro entre dos mundos”. Léxico histórico  azucarero) (No en DRAE  ni en enciclopedias con esta acepción) || <En los ejes se muelen las cañas, y por secretos acueductos de piedra se va en arroyo de zumo a caer en uno que llaman ALJIBE, a la cocina, éste es de cobre y pesa lo más ordinario dieciséis arrobas> (Fernando García Niño de la Puente y Guevara La epidemia de peste en Motril de 1679, Ed. Concejalía de Educación y Cultura. Motril 1997,  p. 223) || Et. y org. Del ar. al-yubb <el pozo> || Res. El Museo Preindustrial del Azúcar, en Motril, muestra los restos arqueológicos del trapiche de la Casa de La Palma, donde se pueden observar los acueductos citados e intuir el aljibe. (Adición a la edición original en septiembre de 2004)

Almacén de blanqueo. Expr. De­pendencia del ingenio donde se de­positaban las formas o pilones para su blanqueo «Azúcar e Ingenios en Motril», M. Domínguez García, tra­bajo publicado en la Revista de Cajasur).

Almil. Adj. vulg. Dícese de la varie­dad de caña de azúcar POJ 2727 Y 2725. «Como un iluminado apostó los treinta y cinco marjales de caña de ALMIL que labraba junto al pri­mer Candelón» (Joaquín Pérez Pra­dos, Alborán, pág. 26). Sin. Darmil; elmí; ermí. Et. y org. Síntesis de «el mil», por referencia al número, o mejor al orden numeral de la deno­minación técnica de esta variedad. del que el vulgo sólo recordaba la palabra mil y no las cifras. Res. Vid. Elmil.

Amelazadora. F. vulg.  por malaxa­dora. Caldera donde se bate la masa cristalizada de azúcar para que no se disuelvan los granos de cristal, tras haber pasado por las tachas y antes de depurarse en las turbinas. (No en: DRAE, VA, VPM, V AA.) «Si ya tienen las tachas el punto de azúcar, pasa la masa a las AMELAZA­DORAS.» i Sin. Melazadora, malaxa­dora. Et. y org. D. de melaza, por creer el vulgo que este aparato te­nía relación con ese subproducto de la caña.

Americana. Adj. Variedad de caña de azúcar importada de las Antillas en 1817. «La caña de la tierra es menos rica que la algarrobeña, está más azucarada pero menos jugosa que la AMERICANA..." (Pedro Tros de Ilarduya, Geografía de Motril, pág. 21, Motril 1892.) Sin. Grande de Otahití; morada. Et. y org. Deriva de su procedencia. Res. La caña doradilla y algarrobeña daban 10 grados de densidad al aerómetro Beaumé y 9 la AMERICANA, sin embargo estas últimas dan un ren­dimiento en peso, por marjal, supe­rior en un 20 por 100 a aquéllas. La AMERICANA es caña grande gruesa, canutos rollizos. La zoca menos poblada de tallos, pero jugosos aun­que menos azucarados que en la algarrobeña, y exige menos estiér­coles y riegos. Francisco Javier Márquez, de Almuñécar, enterado de que en el ingenio de Marbella se cultivaba una variedad de caña traída de América mucho más grande, gruesa y lozana que las otras, la ex­perimentó en Almuñécar con tan buenos resultados que se extendió

por las vegas de la Costa granadina, sustituyendo así, a partir de 1817, a la variedad algarrobeña. Francisco Javier Marquez redactó una Memo­ria con sus experiencias y estudios sobre el cultivo de la caña de azúcar que fue premiada el 9 de febrero de 1835 por la Sociedad Económica de Granada.

Amoñar. Tr. Atar un cañar en gru­pos formados por varios tallos de caña dulce, para evitar que las tum­be el viento, puesto que si esto ocurre se desprenden las raíces y se secan. (No en: DRAE, VA, VPM.) «...en términos campesinos, AMO­ÑAR las cañas para que no las re­vuelque el viento» (J. Hdez. Auger. «Desde la A hasta la Z», El Faro de Motril, 30-IV-82). Et. y org. D. de moña, por el parecido de los haces de cañas, así atados, con este adorno de las brozas que sirve para travarlas.

Año cañas. Expr. Exclamación  que profieren los pescadores cuando el viento es de levante. (No en diccio­narios ni en vocabularios.) «¡AÑO CAÑAS!; el hombre del tiempo dice que va a arreciar el levante» (Torrenueva, agosto 1986). Sin. ¡Año Motril!   Et. y org. Vd. ¡año Motril!

Año Motril. Expr. Se dice por los pescadores de la costa de Motril cuando hace viento de levante. (No en diccionarios ni léxicos.) «¡Ma­nuel, está pegando el levante! ¡AÑO MOTRIL!". (Oído a Manuel Carras­cosa Casas, el torreño, en agosto de 1986.) Sin. ¡Año cañas! Et. y org. El levante es viento caliente que propicia el crecimiento de las cañas de azúcar, y como los cañeros viven habitualmente en el casco de la po­blación de Motril, al contrario que los pescadores del Varadero y To­rrenueva, es por lo que dan a en­tender que el temporal es para ga­nancia de Motril y de los motrile­ños agricultores de cañas, y no tanto para los pescadores, que no les bene­ficia para la pesquera este viento del Mediterráneo, pues, dicen, que no trae más que «aguascuajás».

Apero. M. En Motril, por exten­sión, majada de acoger ganado, donde también se albergaban los trabajadores de la zafra, o monderos  que llegaban de fuera. (DRAE 4ª acep.) «Cada familia era alber­gada en una o dos habitaciones, vi­viendo hacinados y durmiendo so­bre un jergón los hijos, sin distin­ción de sexo. Estos alojamientos formaban parte de los APEROS para las caballerías y sus pesebres» (Fran­cisco Pérez, Anecdotario Motrileño) No más regomello / ni sed tan me­locotones / que un jardín no es un APERO» (Gaspar Esteva Ravassa, Viva Mi Pueblo, p. 17) Et. y org. Del lat. apparium, «útil, aparejo». En la acepción dada se traslada la deno­minación genérica de los instru­mentos de labranza al local en que se guardan, por metonimia. Res. Para el motrileño, la imagen del APERO consiste en, además del al­bergue primitivo para «monderos» y toscas cuadras paras las bestias del acarreto, un gran corral donde el «pensero» pica los cabos, y donde se apilan los lechos de estiércol forma­dos en las cuadras con la broza u hojas secas de la caña de azúcar.

A planta (cortar el cabo). Expr. Manifiesta que se separa el cabo de la caña degollándolo o tronchán­dolo. (No en los diccionarios, enciclo­pedias, y léxicos consultados.) «Las egollaoras separan el cabo A PLAN­TA.» Antón.  En redondo. Et. y org. La expresión hace referencia a que el corte que resulta de la separación es el natural de sección de la planta, es decir por los puntos más débiles, al contrario de la separación «en redondo» que por ser a cuchillo, machete u hocino, la sección es uni­forme y circular.

Arropía. F. Miel de caña que estando muy concentrada y caliente se echa en el agua fría, y sobándola des­pués, queda muy correosa. (DRAE, 2ª acep.) «El tío que vende las ARROPÍAS me dijo lo del casa­miento» (VA). Sin. Melcocha. Der. y comp. Arropero, arropiero. Et. y org. Der. de arrope, y éste del ár. ar-rubb «el jugo de uvas cocido» (DRAE). Res. La melcochera «Ntra. Sra. del Carmen» de Frigiliana (Má­laga), da la siguiente receta para su elaboración: se hierve en una sartén miel hasta que esté «a punto de ARROPÍA» (cuando echadas unas gotas en agua fría adquiera la densi­dad de caramelo blando). Al  retirarla del calor se le echa media cucha­radita de bicarbonato. Removida bien adquirirá un tono rubio dora­do. Se vierte en bandeja engrasada, sin dejar de removerla para evitar que se enfríe. Con las manos engra­sadas (para evitar adherencias) se estira la ARROPÍA, adquiriendo bri­llantez y dureza. Para comodidad, se trocea en tiras de 5 cms. Este pastel de consumo inveterado de­bió ser el origen de varias confitu­ras árabes, entre ellas la torta real, de la que dice Antonio Gallego Morell en su Gastronomía andaluza que deriva de la pasta de miel de caña y almendra molida que mojada en agua de azahar era tan del gusto de los reyes nazaritas (de aquí la denominación de real dada a la tor­ta -el ilustre catedrático granadino usa el galicismo «tarta» real, sin duda para distinguirla de otros pro­ductos de bollería-). La actual fór­mula de la torta real la explica ma­gistralmente nuestro primer cro­nista motrileño Manuel Rodríguez Martín en su preciosa obra Los siete dulces de mi patria, publicada póstumamente por su hijo en Mallorca hacia 1921.

Arrumbaor, a. N.c. En las mondas o zafras de la caña dulce, el encar­gado de reunir las cañas cortadas, en hileras, para facilitar las faenas, carga y transporte a las fábricas. (No con esta acepción en DRAE, VA, VPM. El Anecdotario motrileño define este vocablo como: el que corta la caña de azúcar.) «...y ya que he nombrado la palabra esa de arrumbar, hay otra que ya va desa­pareciendo, ARRUMBAOR, el que cortaba las cañas antiguamente...» (J. Hdez. Auger, «Desde la A hasta la Z. VI!», El Faro de Motril, 2-IV-­82.) «...las ARRUMBAORAS forman con ellas -las cañas- montones sobre la tierra labrada en grandes surcos en disposición de ser trasla­dadas a la fábrica.» José Garcés Herrera, Nube de Verano, p. 17, 1909; inédito). Et. y org. D. de arrumbar, de arrumar, del neerlandés ruim, «bodega de un buque». Res. Las monderas van detrás de los arrum­badores limpiando las cañas de ho­jas y ragua.

Aviaor. Adj. y M. En las azucareras, empleado que está encargado de la evaporación de los jugos. (No en: DRAE, VA, etc.) «El orden de la corta y molienda lo llevaba directa­mente el AVIADOR y se anotaba en un libro llamado Ballestilla» (M. Domínguez García, «Azúcar e Inge­nios en Motri1», Revista Cajasur). «Auto a petición de José Ignacio Ruiz Campoy para que se apremie al AVIADOR del Trapiche Viejo a moler las cañas que han resultado dañadas en el reciente temporal antes que las no dañadas, Motril 6-­IV -1803» (AMM. Leg. 68, pieza 4, Motril y el Azúcar: Tradición y Moder­nidad). Et. y org. Síncopa de avia­dor, d. de aviar, del lat. ad, «para», y via, «camino», porque el que avía pone en camino los elementos para obtener el producto de ellos. Res. El encargado de dirigir las opera­ciones de evaporar el agua del jugo se denominaba maestro aviador.   

Avío. M. En los ingenios de azúcar, corta y molienda de la caña de azú­car. «Pleito que pone Antonio.

Marchena, administrador de Mel­chor Herrera, a Luis y Antonio López, encargados del AVÍO del In­genio Viejo para obligarles a cum­plir un contrato de molienda, Mo­tril, marzo 1728» (Motril y el Azúcar: Tradición y Modernidad). «Fe que da Juan Carrillo, escribano del cabildo, de que el AVÍO del Ingenio del Tra­piche se ajustó a sus obligaciones y plazos, Motril, 1682» (Motril y el Azúcar: Tradición y Modernidad). Der. y comp. Aviador. Et. y org. Vid. aviaor.

Ayudantes de cuajos. Expr. En los ingenios el operario que asistía al tachero, maestro azúcar, o maestro de cuajos, en las calderillas de cua­jos. «Además de estos oficios prin­cipales, trabajaban en la, fábrica otros especialistas como ...AYUDANTES DE CUAJOS...» (M. Domínguez Gar­cía, «Azúcar e Ingenios en Motril», Revista Cajasur.) Et. y org. Cuajos hace referencia a los cristales de azúcar que se forman en las tachas.

Ayudante de jarope. Expr. Opera­rios que prestaban servicio en la cocina del ingenio. «Además de estos oficios principales, trabajaban en la fábrica otros especialistas co­mo caldereros...AYUDANTES DE JA­ROPE...» (M. Domínguez García, «Azúcar e Ingenios en Motril», Re­vista Cajasur.) Et. y org. Vid. ja­rope.                                                     

Azúcar de Motril. Expr. Azúcar que los mariscos fabricaban en Motril en el siglo XVI y anteriores, que no era tan fino como otros ela­borados en distintos lugares del an­tiguo Reino de Granada. (No en diccionarios, léxicos y enciclope­dias.) «A lo largo del pleito hemos visto mencionar varias veces el AZÚCAR DE MOTRIL. Primero es el maes­tro de hacer el azúcar, Hernando de Haçon, quien asegura que el azúcar elaborado en dicha población no es tan fino como el que se hace en otras partes» (Juan Martínez Ruiz, «El Refinado del Azúcar de Caña entre los Mariscos Granadinos», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, T. XX -1964, cuaderno 3°). Et. y org. Azúcar, del ar.     assukkar . Res. En unas Memorias y consideraciones sobre el comercio de España, publicadas en francés, en Ámsterdam, en 1761, se fija en un pueblo de la costa de Andalucía lla­mado Sex, la invención del azúcar, de que los habitantes sacaban muy gruesas sumas llevándolo a Roma y ­a  Utica en África, que era la capital de toda aquella parte del mundo que reconocía el imperio de orien­te. El fruto de la caña era transpor­tado a Cádiz y de allí a las Galias y otras provincias vecinas. (Informe so­bre el Cultivo de la Caña y la Fabrica­ción del Azúcar en la Costa de Anda­lucía de Ramón de la Sagra, 1845.) Obviamente no se ha de interpretar la nota anterior como una acepta­ción de las afirmaciones sobre la invención del azúcar o como una insinuación tendenciosa respecto de la localización de poblado fenicio denominado Sex.

Azúcar de pilón. Expr. Vid. pilón 1. «Al final de cuatro meses el azúcar quedaba blanco y de cada pilón se habían obtenido 2,5 arrobas de azúcar, llamada AZÚCAR DE PILÓN o azúcar en prieto.» (M. Domín­guez García, «Azúcar e Ingenios en Motril», Revista de Cajasur.) Sin. Azúcar en prieto; azúcar cristali­zado; azúcar crudo (en América, Tucumán). Anton. Segundo azúcar o guita; tercer azúcar o mascabado; y también de mejor calidad como el azúcar refinado o refino. Et. y org. Vid. pilón 1.

Azúcar en prieto. Expr. Vid. prieto. «Cada uno de los ingenios...aparte de moler y obtener en los primeros seis meses el AZÚCAR EN PRIETO, los seis restantes del año los desti­naba a beneficiarla.» (Suplemento del Diario de Granada, agosto, 1982.) I Sin. Azúcar de pilón. Antón. Se­gundo azúcar o guita; tercer azúcar o mascabado. Et. y org. Vid. prieto.

Azúcar de segundas. Expr. Azúcar de segunda producción, que, por contener considerable proporción

  de melaza, tiene color obscuro. «... Las de caña sólo producen Blanqui­lla y SEGUNDAS y terceras...» («El Im­puesto sobre los Azúcares», El Li­toral Granadino, Motril, 1926). Sin. Morena; segundo azúcar, guita. Anton. Refinada o de refino; Blan­quilla. Et. y org. Por ser de segunda producción. Res. El AZÚCAR DE SEGUNDAS o guita y el de terceras o mascabados constituían lo que se llamaban los procedidos. (M. Do­mínguez García, «Azúcar e Ingenios en Motril», Revista Cajasur.)

Azúcar de terceras. Expr. Azúcar que contiene una considerable pro­porción de melaza. «...las de caña sólo producen Blanquilla y segun­das o TERCERAS, conocidas en el mercado con los nombres de morenas o terciadas...» ((La Reforma del Impuesto sobre los Azúcares», El Litoral Granadino, Motril, 1926.) Sin. More­na; mascabados o moscabados y ter­ciada. Antón. Blanquilla. Et. y org. Por ser de tercera producción.

Azucarera. F. Fábrica en que se ela­bora y extrae el azúcar (DRAE). «En lo sucesivo, ambas campañas, la de caña y la de remolacha, requeri­rán que la AZUCARERA Motrileña permanezca en actividad desde mar­zo a septiembre...» (Francisco Pérez García, La Costa del Sol, 1930.) i Et. y org. D. de azúcar, del ar. as-sukkar.

Azucarero. Adj. Persona técnica en la fabricación de azúcar. Antes se llamaba así al maestro de labores de un ingenio de azúcar. (DRAE, 2ª acep.) «Que venga e! AZUCARERO pa ver si ya está el jugo cristali­zado.» Anton. Cañero. Et. y org. Vd. azucarera. Tanto la palabra ará­biga como el griego sakkaron, pro­ceden, en definitiva, de un común origen índico. Como se sabe la caña de azúcar procede de la India.

Azucaria. F. Ant. Azucarera. (No en: DRAE, Lar. Dic. autoridades, VPM, etc.) «...el que tiene la AZU­CARIA no les quería pagar por las cañas que tienen...así en el presente como en e! porvenir dicha AZUCA­RIA está abierta» (Queja de los veci­nos de Motril al Cabildo en e! año 1518, M. C. Sobrón Elguea, El Faro, 31-X-78).1 Sin. Ingenio. (No trapi­che, que se dedicaba más a la mo­lienda.) Et. y org. D. de Azúcar.